La liposucción o lipoescultura consiste en extraer grasa del panículo adiposo con la ayuda de una cánula y un sistema de succión. Su indicación más habitual es la mejora del contorno corporal.
Puede realizarse en casi todas las partes del cuerpo, siendo las zonas más frecuentes en la mujer: piernas (muslos, rodillas y caderas) y abdomen. Y en el hombre: pecho, abdomen y espalda (zona lumbar y flancos).
¿Cuándo comenzar el drenaje linfático post liposucción?
El drenaje linfático manual puede comenzar al día siguiente siempre que se realice sobre la faja .De hecho en grandes liposucciones puede ser recomendable en las primeras sesiones realizar el DLM sin quitar a la paciente la faja de contención para no movilizar la piel en exceso. A partir del 3er o 4to día se realizará directamente sobre la piel del paciente.
Los objetivos del drenaje linfático manual en el postoperatorio son:
– Acelerar la reabsorción de edema y equimosis.
– Eliminar los restos de medicación, anestesia y suero utilizados en la operación.
– Favorecer la regeneración de los capilares y vasos linfáticos dañados tras la liposucción.
– Disminuir las molestias y proporcionar bienestar en el postoperatorio.
– Disminuir la duración del periodo postoperatorio.
– Mejorar el estado de la piel.
– Acelerar la recuperación de los tejidos.
– Acelerar la recuperación de sensibilidad en la piel.
– Favorecer la retracción de la piel.
– Acelerar la reabsorción de zonas fibrosas por estimulación de macrófagos.
¿Cuántas sesiones son necesarias?
Si el drenaje linfático es el único tratamiento de recuperación, recomendamos un mínimo de 10 sesiones de DLM tras la liposucción, aplicadas 4 veces por semana; aunque lo ideal sería realizar las sesiones a diario durante la primera quincena, espaciándolas posteriormente durante los dos meses siguientes sumando un total de 15 a 30 sesiones.
La técnica de ejecución debe ser precisa y la movilización de la piel durante la primera semana debe ser mínima para facilitar la correcta retracción de la piel. La liposucción puede dañar vasos linfáticos y las uniones de la piel con las estructuras inferiores; la movilización precoz de la piel podría dificultar la correcta regeneración linfática y la creación de enlaces que unan la piel con las estructuras subyacentes. Un exceso de movilización podría tener como resultado una piel más flácida, empeorando el resultado de la intervención.
A menudo las pacientes cuando acuden por primera vez a las sesiones de DLM muestran un cierto temor al pensar que el tratamiento va a ser doloroso; el DLM postoperatorio no debe provocar dolor ni molestias, incluso sobre tejidos llenos de edema y equimosis. El DLM bien realizado proporciona alivio desde la primera sesión, si aparece dolor es señal de la incorrección de las maniobras.
La utilización de maniobras de masaje profundo (amasamientos fricciones) está contraindicada durante las primeras semanas por la posibilidad de lesionar vasos linfáticos, agravar el edema y ser dolorosas para la paciente.